
Dado que cada vez mas los católicos y musulmanes tienen más protagonismo, me doy más cuenta que nunca que basta con abrir cualquier libro de historia para comprobar el uso sistemático de una doble terminología: valorizadora cuando se aplica al orbe occidental, despreciativa de cara a los musulmanes.
Por un lado, se habla de "expansión", "vocación ecuménica", "misión civilizadora"; por otro, de "invasión", "avalancha", "brusca irrupción de hordas".
El mismo manual que pinta con lujo de detalles la crueldad de los sultanes otomanos, cubre con un velo de discreción los autos de fe de la Inquisición o el terror blanco o rojo de nuestras revoluciones.
Inútilmente buscaremos la expresión "fanatismo cristiano".
Cuando el Papa fue de visita a México, Brasil y Polonia congregaba a muchedumbres ruidosas y entusiastas, el acontecimiento era descrito en nuestra prensa como una "ardorosa manifestación de fe"; idéntico espectáculo en tierras árabes incitaba a los mismos comentaristas a fustigar el "histerismo de las turbas fanatizadas".
El supuesto fanatismo musulmán es empleado uniformemente como receta explicativa de cuanto de lejos o de cerca huele a árabe.
"A fuerza de recaer en el mismo estereotipo, se tiene casi la impresión -dirá un etnólogo- de que árabe-fanático forma un solo término".y sin embargo si hablamos de catolicismo no es fanatismo...es Fe.
Y estamos hablando del mismo historiador. Es así como se escribe toda la historia de todas las cosas, y en todos los lugares...?