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dimecres, 31 d’octubre del 2012

Una lección de historia viva.







Tenia ganas de leer el libro Olor de Colònia, de Silvia Alcántara. Es del año 2009 Me gusta el título que eligió, y la felicito por haber escrito esta novela pasados ​​los sesenta años, y que, además, parece que tuvo tanto éxito. Hace tiempo que esperaba que alguien hiciera una novela instalada en la  vida de las colonias industriales en Cataluña. Mi opinión de la novela que es muy recomendable por la originalidad de su ambientación (una colonia textil en los años cincuenta) De verdad ha sido una suerte encontrarme con esta novela y sobre todo con Sílvia Alcántara. Privada de aprender a escribir en catalán lo hizo cuando ya era mayor.  Esta mujer nacida en una colonia nos ofrece en forma de libro. “Olor de colònia”, pienso que es una gran novela. Respecto al estilo de  la autora utiliza un lenguaje sencillo, pero cargado de figuras  poéticas como:  ” ..instal·lades al safareig tot fent bugada i apedaçant el món…”  o  “…mentre esbandien la roba juntament amb les misèries” o “…I a al cantonada d’un dia qualsevol hi va trobar el calaix de l’oblit, i es resignà a guardar-hi les preguntes sense resposta.”


castellano
".. Instaladas en el lavadero haciendo  la colada y remendando el mundo ..." o
"... Mientras enjuagaban la ropa junto con las miserias" o "... Y  en la esquina de un día cualquiera  encontró el cajón del olvido, y se resignó a guardar las preguntas sin respuesta.

   Por el fenómeno socioeconómico de las colonias industriales siempre me he tenido curiosidad. Todo ello técnicamente me encanta: aprovechar la energía de los ríos para instalar cerca (sobre todo en las orillas del Ter, el Llobregat y el Cardener) las fábricas (casi siempre textiles) y montar unos pueblos artificiales y aislados. Yo pensaba de ellas, casi siempre que era una  estrategia barata y perfecta para tener controlados a los trabajadores y evitar los conflictos que, en la ciudad (sobre todo en Barcelona), ya estaban a la  orden del día.

En parte no me equivocaba demasiado, supongo, porque hay que pensar  que  la vida de la colonia genera muchas dependencias que vinculan a la empresa. El patrón proporciona la casa, el huerto, la educación para los hijos y cubre las necesidades básicas. La educación en los principios católicos también se cultiva estrictamente en la vida de la colonia.
 A cambio, el trabajador debe cumplir y ser dócil. Si protesta, corre el riesgo de perderlo todo.  Pero la verdad es que  con las personas con quien he hablado, que han sido bastantes, dicen que han sido felices en las Colonias donde han trabajado. Me explicaban que era tal el ruido que tenian su idioma propio. Hablaban con las manos. Y como casi no se oia la sirena, se usaban luces.  Tenia que ser muy duro, y  en realidad, la relación entre el patrón y los obreros creo se basa en una falsa filantropía: un paternalismo asfixiante. El patrón interviene en todos los aspectos de la vida del obrero, incluso con quien festeja, con quien conviene que se case, etc....
Colònia Vidal
Así, muchas colonias industriales se convirtieron en aldeas con todo lo necesario para montar una estructura neo feudal o caciquista,  -siempre a mi parecer-: la casa del amo, la iglesia, la escuela, la casa, el economato. Se controlaba, por tanto, la educación de los futuros trabajadores, el ocio, e incluso se hacia creer en los demonios  a   los obreros creando unos valores de transacción propios, que indefectiblemente debían gastar en el economato.

 Inglaterra fue pionera en experimentar este tipo de medio de productividad (los pueblos industriales). Pronto, sin embargo, aparecieron algunas voces críticas que denunciaban las condiciones laborales de los trabajadores en estas fábricas aisladas de los núcleos urbanos (jornadas larguísimas, empleo infantil, control social...).
También pienso con la mentalidad actual, claro, y quizás  los pueblos industriales se aislaban y esto hacia que los obreros estaban "protegidos" pero al mismo tiempo, dominados. Un edificio se puede diseñar tanto para proporcionar seguridad como por constreñir. Las personas se pueden educar bajo unos objetivos aparentemente filantrópicos o bien por amoldarse a la vida de la fábrica.
Capellades
 El tiempo libre también viene impuesto en la vida de las colonias. El domingo hay que ir a misa, luego se puede hacer un paseo o trabajar en el huerto. Las mujeres se “distraían”  en el  lavadero público o van a coser en el taller, y también hay un centro social para cantar en un coro o participar en un pequeño grupo de teatro, hacer excursiones, jugar al fútbol... Lo cierto es que las jornadas son largas y queda poco tiempo libre. Lo poco que queda se debe invertir en estas actividades inofensivas que tienen el visto bueno del patrón y del cura. Es verdad que en estas colonias el efecto de prohibición de la lengua  catalana  no existe porque hay un pacto Amo/Iglesia/Gobierno.
 Uno de los teóricos sobre las colonias industriales en Cataluña fue Prat de la Riba, en su Ley jurídica de la industria, de 1898, argumentaba a favor de este modelo productivo y el revestía de una pátina católica en contraposición a las propuestas laicas de Owen o Fourier.


“(...) En la colonia industrial puede rodearse a los obreros de un medio completamente distinto, de un medio sano. Se trata de un núcleo de población que va a formarse ante los ojos del director o del dueño; éste es quien escoge el lugar, quien levanta el edificio, quien dispone las habitaciones de los obreros. La ociosidad no es en ella permitida.  Los incentivos del vicio pueden ser desterrados. Cabe hacer independientes las habitaciones de los obreros, de modo que cada familia tenga su domicilio y éste sea suficiente a sus necesidades. Las diversiones pueden estar de tal modo ordenadas y en tal forma dispuestas que eduquen e instruyan, en vez de corromper. La educación de los niños puede estar en manos de quien forme de verdad sus almas para el bien, en vez de correr a cargo de quien embrutezca su inteligencia con toda suerte de errores o de faltas, en absoluto siendo sustituidas por el libre vagar por las plazuelas.
Finalmente, las reuniones del club pueden ser reemplazadas por las solemnidades religiosas y sus declamaciones furiosas (s’entén les que es fan al club) (se entiende por las que hacen en el club) por las pláticas sencillas y serenas del sacerdote.”
Mi opinión de la novela es muy recomendable en el sentido de que sabe transmitir el ambiente asfixiante de la colonia en tiempos de dictadura. Quizás me equivoque, pero a  mí me parece una reminiscencia feudal a la manera burguesa, por supuesto mirándola desde la forma actual



En cuanto a Las Colònies, os recomiendo visitarlas un domingo de noviembre es un buen día para ver el excepcional Parque Fluvial del Llobregat. Si no lo habéis hecho  nunca, no perdáis esta ocasión. Se trata de un patrimonio de primer orden mundial. Entre Manresa y Berga, todo el río está lleno de antiguas colonias industriales textiles. Una lección de historia viva. Cada colonia tiene su atractivo: casas de los obreros, la casa del dueño, la fábrica, las turbinas, la presa, el canal, la escuela, el economato, el bar, el cine, la iglesia … Testigos de piedra de una manera de vivir que ya ha pasado para siempre. Hay colonias que son un museo. Otros siguen habitadas, en funcionamiento, llenas de familias y de vida. Si quereis dar una vuelta, hacerles una visita, podeis  subir cualquier fin de semana. La colonia Vidal, por ejemplo, es fantástica.




Otras fotos extraidas de internet. serán retiradas a petición

13 comentaris:

Mª Trinidad Vilchez ha dit...

Hola Josep, me gusta el tema de las colonias, la mía de paso te lo digo es Roger et Gallet, muy fresca y nada fuerte, .
Montserrat Roig, cuando la conocí en la presentacion de su libro sobre como aguantaron en San Petersburgo, habló de como olía su abuela y muchas cosas más y ahora me has recordado a ell, hace muchos años de eso...
Un petó, y bona castanyada.

Abuela Ciber ha dit...

Fue grato visitarte y leer lo que tan dignamente has compartido.
onocer tiempos idos nos acerca al presente.

Cariños

Hada Isol ♥ ha dit...

Si algún día tengo la suerte de viajar por allá visitaré llobregat y recorreré esa lección de historia viva,conozco por aqui cerca un pueblo parecido a lo que cuentas ,se llama San Pablo está alrededor del ingenio,se que su vida era así tal cual la describes ,actualmente ya no funciona el ingenio y la gente del lugar se adaptó a ello,pero cuentan las historias de su vida pasada,incluso con la leyenda del perro familiar que era diabólico y se "llevaba " algunos obreros,curiosamente eran los rebeldes.
Si algún día puedo acceder al este libro que recomiendas te encuentro ojalá pueda tenerlo en mis manos,ya después de tu recomendación pues me pica la curiosidad,te dejo un fuerte abrazo,que tengas buen día.

Tot Barcelona ha dit...

Uno de los temas que me apasionan...y muy bien explicado por cierto ¡ salut

Eastriver ha dit...

No he llegit la novel·la, i ja fa temps que penso que potser ho hauria de fer. I més que ho penso quan llegeixo paraules com ara aquestes teves.

Vaig visitar una colònia industrial els primers anys que treballava, i em va sorprendre molt, com sempre ens sorprenen les condicions en què vivien les persones humils en aquells anys. No podien escoltar la ràdio, no els arribessin les idees comunistes que eixigien millores laborals. I agraien la casa gratis, sense adonar-se que l'amo els volia tenir a prop, perquè no es perdés ni un minut de feina ens trasllats.

Una abraçada, Josep.

Eastriver ha dit...

Ara m'has deixat pensant quina va ser la que vaig visitar jo... era del Llobregat, això sí. Potser la Vidal, la Sedós, no sé... recordo l'enorme turbina que aprofitava la força de l'aigua per moure la maquinària... Podria ser la Sedó, però el vídeo és tan antic. A més juraria que era més a dalt.

Josep ha dit...

Miquel, un dia que tengas tiempo tienes que hacer esta ruta, estoy seguro que te gustará. Tanto el complejo industrial, el "pueblo" como la maquinaria y el bombeo del agua.

Salut.

Josep ha dit...

Ramon, no si encara queda alguna fàbrica que treballi, la majoria no. Però fer de nou aquesta visita val la pena. Jo per descomptat amb visió actual no podria haver treballat en aquestes fàbriques, llevat que no tubiese més remei.

una abraçada

Josep ha dit...

Isabel, El rio Llobregat no creas que es un rio caudaloso, incluso si no llueve o llueve poco seguro que tenian que tener algún sistema para que las máquinas funcionases con poca agua. realmente todo esto -el textil- fue un pilar muy importante en la industria catalana. Tu historia es preciosa.

Un beso.

Mª Trinidad Vilchez ha dit...

Luego están esas colonias, que antes se me olvidó.
Los pocos ríos o afluentes están contaminados, yo de pequeña íbamos al río Ripoll, a bañarnos, pero luego la industria textil, lo contaminó, ahora una amiga me ha dicho que está muy limpio y que hay peces y patos, un día de estos iré a verlos.
Besos.

Josep ha dit...

Hola Mª Trini, no se te han olvidado las Colònias. Precisamente fuiste tu la primera.
Si, es verdad, el rio Llobregat hasta hace pocos años era casi una cloaca desde Martorell al mar, pero entre que las fábricas dejaron de trabajar -ahora hay muchas que son unos museos preciosos- ya se puede pescar y también hay muchos patos. El agua ahora si que está límpia.Y luego la depuradora que está en Sant Feliu, depura el agua de todos los pueblos de los alrededores.
Buen fin de semana.
Un petó.

Amelia ha dit...

Me ha gustado mucho tu entrada Josep, siempre es bueno tener presente lo que en el pasado sería núcleos laborales activa, hay much historia detrás de esas fábricas.

Si algún día tengo oportunidad las visitare, me gustaría fijo. Un beso y espero que te encuentres recuperado de tu resfriado, aquí llueve todo el día, esta gris, y no se te ocurra salir bien abrigadooooo, hhh que te vigilo. Un abrazo. Amelia

Josep ha dit...

Amelia, la verdad es que tengo que reconocer que a mi no me gustaba el sistema de trabajo. Pero claro con mi visión actual. Yo jamás he estado en un sitio fijo. He dado muchas vueltas y aquellas gentes no podían dar ni una. Si había alguien de ideas comunistas y se iba, se quedaba sin casa, sin escuela y sin nada. Mira, por lo menos vivia arropado por las personas que conocia detoda la vida. Si bien tenia la tranquilidad de que en Barcelona en aquellos años era muy conflictiva. Revoluciones, La Semana Trágica, y también problemas laborales. Piensa que el sector texil era un gran puntal para Cataluña, igual que la metalurgia y otros. Ahora ya no quedan apenas ninguna, y grandes menos, al caer el producto cuando vino China. Ahora son museos. Visitarlas es muy bonito. Es otra cosa que una simple fábrica más o menos grande. Esto es un pueblo donde forzosamente esta ubicado en un rio que no creas que tiene mucho caudal pero sabían aprovechar muy bien sus recursos. Pero claro era complicado salir de allí, quedaba lejos de los pueblos.
La historia de la novela ya me la imaginaba, sobretodo por parte de las pobres mujeres, no tenian tiempo para ellas nunca, fijate que no dejaban de trabajar hasta el domingo al mediodia , y luego sus queaceres. Lo que si me gustó son las muchas frases que dicen ellas en estos pequeños espacios que les quedan para hablar entre ellas: ".. Instaladas en el lavadero haciendo la colada y remendando el mundo ..." o
"... Mientras enjuagaban la ropa junto con las miserias" o "... Y en la esquina de un día cualquiera encontró el cajón del olvido, y se resignó a guardar las preguntas sin respuesta. Frases así hay muchas, son como desesperación... Es triste.

Ven cuando gustes!!

Ah! me cuidaré, pero no se si prometerlo.

Un beso.

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