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dilluns, 27 d’agost del 2012

aun no conocemos nada



Hace años, la geografía debía ser una ciencia apasionante. Los mapas de la antigüedad tenían inmensas zonas en blanco esperando a ser descubiertas. Más allá del terreno conocido podían haber mares, montañas, lagos, volcanes, pantanos o desiertos. Los que se adentra tanto podían encontrar territorios de riquezas extraordinarias como zonas de extrema pobreza. Podían haber pueblos, tribus o incluso civilizaciones de las que no teníamos noticia. Aquellas grandes zonas en blanco, o sólo con la inscripción, "tierra incógnita", eran una muestra de la ignorancia de aquel tiempo, pero a la vez una promesa de fantásticas oportunidades para descubrir y aprender.

Aquello ya pasó. Después del período de las grandes expediciones el mapa de la Tierra se fue completando hasta que la totalidad del planeta quedó cartografiada. Ahora la geografía todavía es útil, por supuesto, pero ha perdido ese encanto asociado a las glorias del descubrimiento.



En ocasiones hay quien piensa que esto se aplica a la mayoría de ciencias. Todavía quedan cosas por descubrir, pero los conocimientos que tenemos en muchos ámbitos son tan extensos que quizá queda poco para averiguar. Todavía hay fronteras, como el poder entender la mente, pero las "tierras incógnitas" se hacen cada vez más pequeñas.

Pero el caso es que si algo tenemos claro en realidad es la inmensa magnitud de nuestra ignorancia. No es un tema de humildad. Es que tenemos datos que nos muestran claramente todo lo que nos falta por comprender.
Por ejemplo, el hecho de poder obtener imágenes de galaxias situadas a 13.000 millones de años luz, próximas a los límites del Universo observable, puede hacer pensar que aunque no lo conocemos en detalle, ya tenemos una buena idea de cómo es el Universo. Pero el caso es que ni mucho menos. 


Todo lo que vemos, todo lo que medimos es la materia ordinaria, hecha por átomos, protones, electrones y otras partículas más o menos exóticas y por las energías que conocemos, electromagnética, gravitacional o nuclear. Pero sabemos que también hay unas cosas llamadas materia oscura y energía oscura. El nombre simplemente indica que sabemos que existe pero no tenemos ni  idea de que es.
El detalle importante es que la materia y la energía que conocemos representan únicamente el 5% de lo que hay en el Universo. El resto es exactamente "tierra incógnita". Energías que no sabemos que son, partículas que desconocemos, interacciones que ni  siquiera imaginamos. 


Si tomamos  un mapamundi  y  tapamos  el 95% tendremos  idea del estado del conocimiento actual sobre el Universo. Y eso como mínimo, porque quizás todo sea aún más extraño.
Un estado similar de conocimiento lo tenemos sobre nosotros mismos. Se ha celebrado, con legítimo orgullo, la secuencia del genoma humano y de cada vez más especies. Parecería que con este conocimiento ya podemos tener idea clara de cómo es la esencia de la vida. Su código de instrucciones. Pero de nuevo topamos con más tierra incógnita que, por una divertida casualidad, es de la misma magnitud que en el caso del Universo. Porque de todo el DNA, sólo el 5% codifica para genes.
Muro con una secuencia del genoma humano expuesto en el Scince Museum . de Londres (imagen: freckle_m/ flickr    
  El resto está allí pero no sabemos que hace, cómo funciona, qué importancia tiene. En este caso no lo han bautizado como ADN oscuro sino más desacertadamente, como DNA basura. Un nombre erróneo ya que no es basura sino que
simplemente ignoramos la función. La esencia es la misma que con la materia y la energía oscuras. Todo ello son cosas que sabemos que están, pero que aún tenemos que cartografiar.



Descubrir que a pesar de todas las pretensiones de la ciencia aún tenemos tantas lagunas y de tal magnitud en el conocimiento puede ser sorprendente. Hay quien lo encuentra deprimente. Otros lo ven como una cura de humildad. Pero a mí me parece un regalo de todos los dioses. Después de todo, la esencia de la ciencia es la curiosidad. Alguien dijo que un científico sólo es "un chismoso con método". 

Pues todos los que nos gusta hacer el cotilla en los secretos de la naturaleza, hemos de ser consciente de que todavía les quedaa los científicos  tantísimo por descubrir, es una promesa de emociones inagotables. Supongo que debe ser un sentimiento parecido al que tenían los exploradores del siglo XVI cuando comenzaban a adentrarse en aquellas "tierras incógnitas". 
fotos de internet. serán retiradas a petición

11 comentaris:

Alfonso Saborido ha dit...

Buena reflexión. Por eso sigue vive la humanidad. Porque es curiosa. Queremos aprender y tenemos nuestra mejor arma de supervivencia: la capacidad de transmitir lo que hemos aprendido :)

Helena Bonals ha dit...

N'hi ha tants que se'n van a l'altre barri amb un pou de saviesa!

Josep ha dit...

Alfonso, pienso que en Geografia ya está todo descubierto, y a lo mejor me equivoco, y mira si han pasado años para llenar como un puzle una Tierra que al principio no sabiamos ni como era.

Es impresionante el hecho de que el hombre, mediante la física, pueda llegar a reconstruir los pasos en la evolución del universo desde instantes extraordinariamente próximos al instante cero. Sabemos que hace unos quince mil millones de años el Universo existía sólo en un punto y en un instante, en el que comenzó a expandirse en lo que fue "una gran explosión": Esto fue sólo el inicio de un largo proceso de expansión que también sabemos que continúa todavía hoy. Sabemos que el consiguiente proceso de enfriamiento progresivo, permitió poco a poco el emerger de estructuras nuevas y más complejas. Podemos detectar el eco de esta gran explosión con nuestros instrumentos de medida; e incluso hemos clasificado y estudiado con detalle aquellos primeros minutos después del Big Bang.

Alfonso, Helena Bonals tiene razón. Tu sabes la cantidad de personas que han muerto mientras tanto siendo unos pozos de sabiduria.

Nunca terminaremos .

Un abrazo.

Josep ha dit...

Com més coneixem l'Univers, com més sabem de la seva infinita grandesa, més desborda la nostre imaginació, i més atrau el coneixement. Com més sabem de les estrelles, és infinitament més gran la meravella i la sorpresa que desperta en nosaltres el contemplar-les. La percepció del Misteri infinit que hi ha al Cosmos, no ja només en l'Univers sinó en tota la realitat, Quantes peces de puzle ens calen, Helena?
Dons imaginat, que encara queden molts descobriments per fer. L’enciclopèdia galàctica té escrit únicament el pròleg.
Salutacions.



Tamara ha dit...

Creo y espero que queden cosas por descubrir, pero en Geografía es difícil.

Un besazo.

genetticca ha dit...

Que el hombre pretenda conocer su origen y el del universo me parece bien,pero no deja de ser un ironía que pretenda hacerlo desconociendo el verdadero sentido de la vida.

Mientras en la tieerra haya un solo ser que muera de hambre no será posible llegar más allá del propio conocimiento que desconocemos y que ignoramos.

un abrazo Josep

Josep ha dit...

Tamara, creo que para descubrir queda practicamento todo. No hablo de Geografia porque esto ya está solucionado, pero el universo, casi no conocemos nada, si, muchas estrellas galaxias, planetas y poca cosa más, yo creo que costará muchos años en construir un mapa como el que a traves de los años se hizo con el de la Tierra. Y luego el del Geroma Humano que hay apenas un 5%. Yo en parte me alegro, el hombre es curioso de naturaleza. Da alegria llegar a Marte sin saber nada de ella, ni cuanto se volvera y que se hará. yo creo que pasarán muchos años para poner la última pieza de los puzles en estas dos cosas, si se llegan a poner.

Un beso.

Josep ha dit...

Genetticca, ya te entiendo, pero esto siempre ha sido de esta forma. Unos van por un sitio y los que quieren que antes de ir a la Luna solucionemos lo que hay en casa es otra. Y ahora aun, aun, pero antes que no habia nada y se dedicaban a estudiar Geografia en vez de liberar esclavos o no dejar que quemasen a las brujas, que aquello tenia que ser la hostia de complicado. Pienso que las cosas habria que hacerlas a la par. Mientras la Ciencia estudia que hacemos aquí o como se creo nuestro mundo tendrian que haber otros que no solo no dejase que ni un ser humano se muriera de hambre sino tener todo previsto para que la agricultura, la pesca y las máquinas ponerlo en marcha o pararlo según las necesidades dela humanidad. No se que seria más dificil amiga mia.

Un petó.

Mª Trinidad Vilchez ha dit...

-estoy totalmente de acuerdo con Gennetica, es una perfecta reflexsión , siempre he opinado que si en la tierra no se gastase tanto dinero en armamento, y lo gastasen en buscar la forma de curar enfermedades y erradicar el hambre, yo sería mucho más felíz, y creería más en la bondad del ser humano.
Un petó, Josep y muchas gracias por enseñarnos como funciona nuestro cuerpo.
Abraçadas.

Josep ha dit...

Yo también estoy de acuedo que hay que emplear muchos más recursos en la curación de emfermedades y en general para las personas, pero a la vez los investigadores que comoson muy curiosos tienen que investigar que hay fuera de la Tierra, la verdad es que no lo encuentro mal. Si en la antiguedad nadie se hubiese preocupado de investigar que habia más allá de una montaña o un mar no sabriamos nada.
Mari Trini, desde aquí también felicito tu blog.

Una abraçada.

Mª Trinidad Vilchez ha dit...

Y yo a tí por el tuyo, maravilloso, y anda que el post que acabo de ver, La vida es Bella...
Besos Josep.

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