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diumenge, 11 de març del 2012

icària, icària

Viaje a Icaria, un intento diferente 

Icaria era la isla imaginaria donde Étienne Cabet (1788-1856) sitúa la acción de su novela filosófica "Voyage en Icarie", descripción de un país imaginario donde se practica el comunismo. Las ideas expresadas en el libro tuvieron un gran impacto y generaron entusiasmo entre la clase obrera francesa y también en Catalunya, donde Narcís Monturiol fundó el semanario "La Fraternitat" para difundirlas. Según la tradición popular unos seguidores de las ideas de Cabet se establecieron en lo que se hoy se conoce como popularmente como la Plaça dels Pescadors, en la Plaça Prim, en  Poble Nou, (Barcelona) No hay constatación documental, pero Ildefons Cerdà, el que sería el urbanista de Barcelona, utiliza el topónimo de Icaria en 1850 para referirse a ese incipiente núcleo poblado que sería el Poblenou.

Plaça dels Pescadors

Así, el nombre de Icaria ha ido siempre unido a la vida del barrio, 
y a la contribución catalana en la quimérica empresa que, en rigor, nace y agoniza meteóricamente en la selvática tierra de Tejas a mediados del siglo pasado, enlaza -en una fabulación contrapuntística- con el movimiento anarco-sindicalista que tan trágicamente se desarrolló en el ejercicio de gobierno civil de Barcelona a cargo del general Severiano Martínez Anido, así como con el fallido y célebre atentado del "túnel de Garraf" contra la familia real y el dictador Primo de Rivera.


Sobre este tema ya habiamos hablado hace un tiempo aquí, en este blog. Y si vuelvo hacerlo es para recomendar esta novela, que a su vez  me la recomendó Miquel Cartisano, del blog Tot Barcelona.   Vereis que no será una repetición del otro post, sino  simplemente la recomendación de una novela.

En 1974 Xavier Benguerel ganó el Premio Planeta con la novela titulada Icaria, Icaria. Hace muchos años cuando cayó en mis manos, la leí de un tirón, y mi conclusión fue que era una utopía demasiado grande para poder ser real algún dia. Benguerel hacer un experimento literario que le salió bastante exitoso: superpone dos historias aparentemente muy diversas, pero con puntos de conexión, aunque separadas históricamente por un período de setenta y cinco años.
 Una de las historias es la recreación del viaje a Icaria que emprendieron en 1848 un puñado de cabetianos, entre los que había un médico catalán, el doctor Joan Rovira, quien nunca más volvió a Cataluña. Como la mayoría de líderes, Cabet seguramente tenía una vertiente de gurú, de profeta. Por eso movilizó bastantes personas con el propósito de formar una comunidad bajo el principio de la vida fraternal, del reparto igualitario de riqueza y del trabajo desarrollado en la medida de las capacidades y posibilidades de cada uno. Cabet animó un montón de gente desposeída y / o idealista en un proyecto maravilloso, pero parece que no muy concreto. En realidad, la mítica Icària, que en teoría debía erigirse en unas tierras del valle del río Rojo, fue una estafa, es decir que las tierras vendidas eran pantanosas y difícilmente productivas, y formaban parte de un territorio llamado la Sulphur Prairie (el nombre mismo parece gafe: significa prado de azufre).
Con la empresa que le vende las tierras, la Compañía Peters, Cabet suscribe un contrato ingenuamente oscuro que no se puede cumplir.Se acuerda que, poco tiempo después del día que se tome posesión, la colonia que se establezca deberá haber construido las casas y haber puesto en marcha el rendimiento de las tierras, si no fuera así, el precio de venta se incrementaría. Como es obvio, en el período fijado no se pudo construir ni una tercera parte de los edificios que correspondería.
El caso es que la gente empieza a enfermar por exceso de trabajo, mala alimentación y de malaria. El doctor Rovira intenta salvar vidas infructuosamente. Finalmente, rendido ante la evidencia del fracaso, se suicida.
Cabet entra en escena: se embarca desde Francia hasta América y, con los cabetianos que quedan en el valle del río Rojo, emprende un nuevo viaje iniciático, una nueva aventura hacia un lugar llamado Nauvoo. Esta aventura parece tener más éxito logístico que el anterior, pero algunos de los mismos miembros de la comunidad empiezan a sabotearla desde dentro. Al poco Cabet muere y todo parece apuntar que la nueva colonia (las tierras de la que las habían compradas a unos mormones) se disolvió pronto.


Xavier Benguerel



Étienne Cabet según un gravado contemporaneo- © Fototeca.cat 


La otra historia que narra la novela ocurre en Barcelona, en los años convulsos de la segunda
década del siglo veinte. El cultivo de las ideas, del pensamiento libertario, se convierte en un estilo de vida. Unos cuantos anarquistas: uno, Aurelio, que quizás sobrevivió a la colonia cabetianos (no se saca el intríngulis a la novela, sólo parece que se insinúa), mueve los hilos de la acción directa, mientras que el Santiago y el Clemente lo ejecutan.
Los gobernadores civiles que consienten el pistolerismo contra los sindicalistas son el punto de mira. La violencia está a flor de piel.
El Clemente y Claudia, la hermana de Santiago, se estiman en una unión sin boda: nuevas ideas, nuevas formas de hacer y de sentir.
Finalmente, el Clemente y el Santiago reciben el encargo de atentar contra Alfonso XIII en el túnel del Garraf. Pero alguien les ha delatado y los vigilan. Pillan el Clemente, que se pasa en prisión más de medio año antes no la liberan.En cambio, el Santiago, más listo, atraviesa la frontera hasta Francia, donde, al cabo de poco se casa y tiene un hijo, también se casa Claudia con un francés: parece que necesita una vida más estable que la que le ofrecía el Clemente. El joven idealista no tarda en caer abatido por un disparo fascista. Estaba cantado: Clemente es un personaje que tiene el estigma de víctima.
El vínculo entre las dos historias? La lucha por los ideales: para conseguir un mundo mejor, de la manera que los protagonistas saben o pueden hacerlo. La novela nos advierte que ninguna empresa no es fácil: siempre surgen obstáculos para llegar hasta la Utopía, si es que existe como destino, y si es que alguien llegará algún día.



fotos de internet, serán retiradas a petición
via elultimoviajeaicaria.blogspot.com 

7 comentaris:

Tot Barcelona ha dit...

Y de ahí el nombre de mí hijo...Icaro, en honor a la Comuna icariana de Cabet. Ahora , con aua 30 años a las espaldas, entiende que su nombre es mucho más que un nombre, es una idea....salut. Un abrazo

Eastriver ha dit...

Vaig llegir la novel.la que va guanyar el Planeta, fa molts i molts anys, jo era ben jove i moltes coses no les vaig entendre, suposo. Avui em pregunto on coi ha anat a parar aquesta novel.la, que corria per la casa dels pares: el meu pare la devia deixar a algú que no la va tornar, doncs mai més l'he tornat a veure.

Al Poblenou vaig aprendre molt sobre aquest barri. Hi vaig treballar durant tres anys, i poc abans vaig conèixer una bona amiga, del Poblenou de tota la vida, de les que encara avui quan va a la plaça Catalunya, va a Barcelona. Un cop al Poblenou vaig veure els casinos, els centres de fort lligam anarkista. De fet el mateix barri és especial, i els habitants o nascuts al Poblenou són gent una mica extranya i molt idealista.

Josep, avui en dia necessitariem això, justament això, una nova il.lusió col.lectiva. No tenim idees, i tot està perillosament mort. La crisi és, essencialment, una crisi d'idees.

Mª Trinidad Vilchez ha dit...

Que bonito Josep:
El nombre del hijo de Miquel, ICARO, he leído el libro hace mucho tiempo, lo volveré a leer esta semana santa, que tendré unos días libres.
Un abrazo y buena lectura siempre, y por supuesto.

genetticca ha dit...

Llegire el llibre, crec pot ser mol interesant.

una abraçada

Anònim ha dit...

http://s1220.photobucket.com/albums/dd449/xavierbou/?action=view&current=ElUltimoViaje3.gif

Xavier Bou ha dit...
L'autor ha eliminat aquest comentari.
Xavier Bou ha dit...

http://elultimoviajeaicaria.blogspot.com.es/2009/06/icaria.html

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