Ocurren
cosas, ya no solo en este país, si no en muchos otros, que te quedas pensativo y te vas preguntando el
porqué se ha provocado una crisis monumental, con su correspondiente parte de
estafa social. Lo lógico es que la gente reaccione posicionándose masivamente
en posturas de izquierdas. Y no, ocurre que la gente comienza a votar a la
extrema derecha, o a la derecha de siempre. Parece una contradicción.
Quizá lo pueda explicar que la gente, en estas
situaciones, no quiere aventuras sino certezas y seguridades. Y lo triste es
que la gente sigue considerando a la izquierda una aventura, por lo visto. ¿Por
qué la izquierda no suena a esa seguridad que necesitamos todos? Ese es el
error de la izquierda: que suena a aventura, a cosa peligrosa. Debería pues
cambiar su discurso, pero por lo visto, no tiene la más mínima intención. Yo
tiemblo.