«Nocturno
de Chile es la metáfora de un país infernal, entre otras cosas. También es
la metáfora de un país joven, de un país que no sabe muy bien si es un país o
un paisaje.»
Roberto
Bolaño
«Un
intento fallido de amnesia donde todos somos iguales, las sombras inocentes y
los brutos malévolos, los personajes reales y ficticios, es decir, donde todos
somos víctimas, solo que de una forma indolora (...) [También trata] sobre el
efecto del tiempo en las historias, sobre el lento progreso del olvido, que es
una de las formas de la ocultación hacia la que con más gusto y puede que con
más justificación tendemos.»
Roberto
Bolaño
"Ahora me muero, pero tengo
muchas cosas que decir todavía. Estaba en paz conmigo mismo. Mudo y en paz.
Pero de improviso surgieron las cosas. Ese joven envejecido es el culpable. Yo
estaba en paz. Ahora no estoy en paz. Hay que aclarar algunos puntos. Así que
me apoyaré en un codo y levantaré la cabeza, mi noble cabeza temblorosa, y
rebuscaré en el rincón de los recuerdos aquellos actos que me justifican y que
por lo tanto desdicen las infamias que el joven envejecido ha esparcido en mi
descrédito en una sola noche relampagueante. Mi pretendido descrédito. Hay que
ser responsable. Eso lo he dicho toda mi vida. Uno tiene la obligación moral de
ser responsable de sus actos y también de sus palabras e incluso de sus
silencios, sí, de sus silencios, porque también los silencios ascienden al
cielo y los oye Dios y sólo Dios los comprende y los juzga, así que mucho
cuidado con los silencios. Yo soy responsable de todo. Mis silencios son
inmaculados. Que quede claro. Pero sobre todo que le quede claro a Dios."
Así comienza esta pequeña joya literaria, el rutilante diminutivo viene a cuento de su extensión. (150 páginas). El libro no se divide en capítulos ni secciones, y no posee ningún punto y aparte, salvo uno previo al breve párrafo final , donde Bolaño rinde homenaje a su Chile lindo y natal, capital Santiago, a la vez que le ajusta las cuentas a su Historia infeliz.
Sebastián Urrutia Lacroix es el personaje central y en su currículum figuran todos estos datos: chileno de padre vasco y madre francesa, sacerdote miembro del Opus Dei, escritor frustrado y crítico literario de prestigio… aquí se nos cuenta todo el periplo de su existencia y se nos presenta a todos aquellos personajes con los que alguna vez se relacionó: algunos que conocerás como Ernst Jünger, Augusto Pinochet, Pablo Neruda… y otros que te los presentará entre líneas y en primera persona; como ese amigo íntimo llamado Farewell –inolvidable este-, una femme fatale de braguitas color misterio cuyo nombre es María Canales y un ‘joven envejecido’ que habita en la conciencia de nuestro protagonista. Brutal la última frase, en forma de sentencia nocturna y alevosa, con que se cierra la novela.-
Quema de libros, revistas y
periódicos de izquierda política luego del Golpe de Estado en Chile de 1973,
liderado por Augusto Pinochet
Blanes. Catalunya.
«Yo sólo espero ser considerado un
escritor sudamericano más o menos decente, que vivió en Blanes, y que quiso a
este pueblo».
Roberto Bolaño
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fotos de internet, serán retiradas a petición
Siempre procuro dar la referencia editorial, y espero que se entenderá que lo hago desde la admiración y con ánimo de recomendarles -no con ningún ánimo de lucro, obviamente, ni con intención de perjudicar los derechos de nadie, todo lo contrario-.
Si en algún caso se detecta en este post conflicto de copyright o de cualquier otro tipo, agradeceré que me lo hagan saber y lo suprimiría inmediatamente. Muchas gracias.
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1 comentari:
He leído tres veces el 2666 y estoy para leerlo otra vez más.
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