curiosidad

Formando parte de una sociedad de raíces cristianas, a veces me sorprende mi alejamiento de la religión. En realidad, la gran mayoría de los humanos profesa (o afirma profesar) algún tipo de creencia en algún dios. Quizá entre la comunidad científica los porcentajes sean menores, pero no debe ser mucho menor cuando muchos científicos no tienen ningún inconveniente en compatibilizar la dedicación a la ciencia y la fe en su religión particular.

Alejarse de instituciones como la Iglesia no es difícil ya que con dos mil años de historia ha tenido tiempo de hacer muchísimas barbaridades. Como la dirigen hombres, su relación con el mensaje que pretende transmitir muchas veces es, como mínimo, dudosa. Pero incluso pasando por alto este hecho que, además, puede ser injusto ya que también se han hecho muchas cosas buenas, hay aspectos del hecho religioso (de cualquier religión) que me molesta. Y estos dias  el Papa me ha hecho ver claro el principal motivo.

En un titular leo: Papa: el espíritu de curiosidad aleja de Dios. Y cuando busco cómo fue exactamente lo que dijo creo que en una homilía realizada en la capilla de Casa Santa Marta en el Vaticano, hablaba de "el espíritu de Dios, que nos ayuda a juzgar, a tomar decisiones según el corazón de Dios”. Pero añadía que también “... nos encontramos ante otro espíritu, contrario a esta sabiduría de Dios: el espíritu de curiosidad. "

Quizás se me escapa algo, pero la esencia me recuerda una constante en las religiones. Piden que no te hagas preguntas y que aceptes lo que te dice sin cuestionarlo. Algo parecido lo pensé al ver un reportaje sobre británicos convertidos a una rama radical del Islam. En un momento dado alguien explicaba que el Corán debes leer y aceptar sin hacerte preguntas, sin dudar. Religiones diferentes y actitudes, completamente diferentes, pero un punto en común: es importante no hacer preguntas. Dejar la curiosidad de banda y dar por cierto lo que se te ofrece. Resulta comprensible ya que precisamente es la curiosidad la que nos puede hacer descubrir las contradicciones y debilidades de las religiones.

Pero la curiosidad es, precisamente el principal motor del conocimiento humano. Es la curiosidad la que nos empuja a preguntarnos por el mundo que nos rodea, por el origen de las enfermedades, para mejorar las fuentes de energía, los sistemas de transporte o los límites del conocimiento. La raíz de todos los avances científicos y tecnológicos es la curiosidad. De hecho, alguien dijo que un científico sólo es una persona con mucha curiosidad y un método. En mi opinión, una de las mejores descripciones de un científico.

Renunciar a la curiosidad es renunciar a la misma humanidad y convertirse en un rebaño que sigue sin más, un camino decidido por alguien. Y sospecho que el momento en que la vida pierde interés debe ser cuando dejas de lado definitivamente la curiosidad.

Todas las religiones se basan en una u otra fe. En qué depositarás tu fe suele depender sólo del lugar donde has nacido, lo que significa es que  si lo pensamos un momento, dice muy poco en su favor. El caso es que puedo compartir muchos aspectos del mensaje de muchas religiones. La mayoría contienen enseñanzas valiosas y no dudo que si realmente hiciéramos caso del mensaje del Evangelio, el mundo sería un lugar mejor para vivir. Imagino que lo mismo se debe poder decir de otras creencias que conozco menos o nada. Pero si para todo esto hay que dejar la curiosidad de lado que no cuenten conmigo.