el tanque y la cabra

Me llamó la atención esta fotografía, donde un tanque pasa junto a un campesino con unas cabras, en la ofensiva que llevan a término EEUU en Afganistán en la provincia de Helmand (en la operación denominada Mushtarak -juntos-).

 Me llama la atención la desproporción de tecnología entre ambos lados de los combatientes, pero esta es una imagen simple, porque los talibanes ya han demostrado que pueden ofrecer una muy notable resistencia. La imagen evoca algo más complejo: las dificultades de los modernos ejércitos, o de los ejércitos convencionales, para imponerse de forma permanente y estable sobre sociedades rurales con escasas infraestructuras, con fronteras fluidas, y situadas geográficamente en lugares alejados de la capital y de las principales vías de comunicación. En estas condiciones, los insurgentes difícilmente pueden hacer frente directamente a un invasor, pero esquivan sus golpes directos y reaparecen cuando este se retira a las ciudades. Por esto los EE.UU. buscan ahora un acercamiento a los habitantes de estos lugares. Y esto me lleva a la segunda fotografía. Pactar con ellos quiere decir inevitablemente sumergirse en un universo estrictamente masculino, para nada parecido a las democracias occidentales. Si la democracia no ha sido nunca un objetivo en Afganistán ahora quisiera saber como se pacta con los señores de la guerra. Creo que con esto Obama no hace sino volver al pasado. Sería interesante saber qué piensan estos hombres sentados a la sombra de estas paredes, a los cuales parece que alguien les pregunta alguna cosa. Quizás ellos piensan lo más evidente: Hablad, hablad. "Vosotros uno día os hireis y nosotros nos quedaremos. Y los talibanes, también".